Historia del Arte - 2º Bachillerato
Historia del Arte - 2º Bachillerato
EL ARTE PALEOCRISTIANO Y BIZANTINO
Los conceptos de "arte paleocristiano" y "arte bizantino" representan dos periodos esenciales en la historia del arte que marcaron la transición entre la antigüedad clásica y la Edad Media. El término "paleocristiano" (del griego paleo, antiguo) se refiere a las primeras manifestaciones artísticas del cristianismo, desarrolladas entre los siglos III y VI d.C. Este arte, profundamente religioso, se caracteriza por la adaptación de la estética tardorromana a los temas cristianos, en un contexto donde la Iglesia pasa de ser perseguida a convertirse en una fuerza aliada con el poder político.
Por otro lado, "bizantino" deriva de Bizancio, el primer nombre de Constantinopla (actual Estambul). El arte bizantino abarca un periodo extenso, desde el siglo V hasta la caída de Constantinopla en manos de los turcos en 1453. Este arte se desarrolla en el contexto del Imperio Romano de Oriente, una región que experimentó una fuerte continuidad estética en contraste con las evoluciones artísticas de Occidente.
El Imperio bizantino, nacido tras la división del Imperio Romano en 395 por Teodosio, hereda la parte oriental, bajo el mando de su hijo Arcadio. A lo largo de su historia, alternó periodos de esplendor, como el reinado de Justiniano en el siglo VI o el "Renacimiento macedónico" en el siglo X, con épocas de crisis. Entre las características comunes del arte paleocristiano y bizantino destacan:
La influencia del arte tardorromano, caracterizado por un lenguaje simbólico e irracional que sustituye al clasicismo grecorromano.
El predominio de temáticas religiosas en todas las manifestaciones artísticas, reflejo de una sociedad profundamente espiritual.
La Nueva Iconografía: La Pintura de las Catacumbas y la Cristianización de la Basílica
El arte paleocristiano se divide en dos etapas diferenciadas, separadas por el Edicto de Milán en 313 d.C., que legalizó el cristianismo. Antes de esta fecha, los cristianos vivían en clandestinidad, siendo perseguidos y martirizados. Tras el edicto, comienza la llamada "Paz de la Iglesia", permitiendo el desarrollo de una iconografía propia y el avance arquitectónico.
La Pintura de las Catacumbas
Antes del siglo IV, las manifestaciones artísticas cristianas se limitaban a las catacumbas, galerías subteráneas que servían como lugares de enterramiento y culto durante las persecuciones. En estas catacumbas, como las de Priscila o San Pedro, surgen los primeros símbolos cristianos:
El pez (ictus): Acróstico de "Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador".
El cordero: Representación de Cristo como la víctima sacrificada.
El Buen Pastor: Una figura simbólica de cuidado y protección.
El crismón: Monograma de Cristo.
La función principal de estas obras era la propaganda religiosa y el reconocimiento mutuo entre los fieles. Los artistas adaptaron temas tradicionales paganos a los nuevos contenidos cristianos, facilitando la comprensión de los mensajes entre una población mayoritariamente analfabeta. Este esfuerzo creó una iconografía estructurada que, a partir del siglo IV, se consolidó como herramienta evangelizadora.
La Basílica Cristiana
Con la legalización del cristianismo, surgió la necesidad de construir edificios que simbolizaran el poder de la Iglesia y acogieran a los fieles. El modelo adoptado fue la basílica romana, transformada para cumplir las necesidades litúrgicas. Estos templos se caracterizan por:
Patio de acceso: Un espacio porticado que simboliza la transición entre el mundo exterior y el interior sagrado. Era donde permanecían los catecúmenos.
Interior dividido en naves: Con una nave central más alta y amplia, iluminada por ventanas superiores. Las columnas y techumbres planas destacaban en su decoración.
Zona del altar o presbiterio: Ubicado en un ábside semicircular, reservado al sacerdote y el obispo. Su simbolismo se vinculaba con la majestad de Cristo y la victoria de la fe.
Estas basílicas también incluían baptisterios y martyria, edificios de planta circular destinados al bautismo y al culto de mártires, como el mausoleo de Santa Constanza en Roma, decorado con mosaicos que representan la vida de ultratumba.
Los Edificios Bizantinos y la Cúpula: Santa Sofía
En el siglo VI, durante el reinado de Justiniano, la arquitectura bizantina alcanzó su máximo esplendor. La cúpula, elemento central de este estilo, adquirió un significado simbólico como representación del cielo y del lazo eterno entre Dios y los hombres. La iglesia de Santa Sofía, construida entre 532 y 537, es la obra maestra de este periodo. Su diseño integra:
Una gran cúpula sostenida por pechinas, distribuyendo su peso sobre cuatro pilares.
Espacios escalonados que simbolizan un mundo jerarquizado bajo el poder divino.
Decoración interior que crea un efecto de luz y espiritualidad.
Otros ejemplos notables de arquitectura bizantina incluyen las iglesias de San Vital y San Apolinar en Rávena, y la Basílica de San Marcos en Venecia.
Iglesia Santa Sofía
La Decoración Musivaria
El mosaico fue el elemento decorativo por excelencia del arte bizantino. Esta técnica, heredada de los romanos, alcanzó su perfección en Bizancio. Se emplearon teselas de mármol, pasta vítrea y metales preciosos, dispuestas en superficies de cemento para decorar cúpulas y paredes.
Opus tesselattum: Utilizaba teselas cúbicas de tamaño uniforme.
Opus vermiculattum: Cada tesela se cortaba con precisión para crear escenas detalladas.
Estas técnicas producían efectos de luz y sombra que reforzaban el simbolismo espiritual de los edificios. Los mosaicos eran supervisados por el taller imperial de Constantinopla, que establecía la iconografía y su ubicación en los templos.
Durante la crisis iconoclasta (726-843), se prohibió la representación de figuras religiosas, sustituidas por símbolos como la cruz desnuda y decoraciones de motivos naturales. A pesar de esta interrupción, los mosaicos bizantinos alcanzaron una belleza incomparable, como los de San Vital, donde destacan las representaciones de Justiniano y Teodora, rodeados de sus séquitos y con rasgos de solemnidad y hieratismo.
Decoración musivaria.