En la segunda mitad del siglo XIX, algunas potencias europeas, y poco después, Japón y Estados Unidos, pasaron a dominar extensos territorios del planeta, dando lugar al imperialismo moderno, por el que grandes imperios ultramarinos sustituyeron a los que habían surgido a partir del siglo XV. Las explicaciones sobre las causas de este proceso son diversas, y varía según la óptica de los autores.

• La búsqueda de materias primas y fuentes de energía fue una de las principales causas económicas del imperialismo. Las potencias industrializadas buscaban asegurar el suministro constante de recursos naturales, como minerales, caucho, petróleo y metales, necesarios para sus industrias.

• La búsqueda de mercados exteriores para vender productos manufacturados impulsó el imperialismo. Las naciones industrializadas necesitaban nuevos lugares donde colocar sus excedentes de productos y obtener beneficios comerciales.

El crecimiento de la población en las potencias industrializadas generó una mayor demanda de recursos y alimentos. Esto impulsó la expansión territorial para garantizar el abastecimiento de materias primas y la producción de alimentos.

• La rivalidad entre las naciones europeas por la supremacía mundial respalda un papel importante. Las competencias por el poder y la influencia internacional llevaron a la expansión colonial en busca de ventajas estratégicas y territorios valiosos.

• El nacionalismo también contribuyó al imperialismo, ya que las conquistas coloniales a menudo se utilizaban para fomentar el orgullo nacional y el patriotismo.

La creencia en la superioridad cultural y racial impulsó la idea de que las naciones industriales tenían la responsabilidad de civilizar a las poblaciones de las colonias. Este concepto se conoce como "el deber del hombre blanco" y justificó la expansión colonial en nombre de la civilización y la cultura occidental.