La independencia de Estados Unidos, que tuvo lugar en el siglo XVIII, fue el resultado de una serie de tensiones entre las Trece Colonias americanas y el gobierno británico. Las causas principales incluyen la imposición de impuestos sin representación en el Parlamento británico, las restricciones comerciales y las medidas represivas, como la Acta del Timbre y el Acta del Azúcar.

La sublevación de las colonias comenzó con protestas y boicots a las leyes británicas, como el boicot al té durante el evento conocido como el Motín del Té de Boston en 1773. Las tensiones se intensificaron con eventos como la Masacre de Boston. en 1770 y la aprobación de las Leyes Intolerables en 1774, que restringieron las libertades coloniales.

La guerra de independencia se desató en 1775 cuando se libraron los primeros disparos en la Batalla de Lexington y Concord. Este conflicto, conocido como la Guerra de Independencia de Estados Unidos, se enfrentó a las fuerzas coloniales, lideradas por figuras como George Washington, contra el ejército británico. La guerra duró hasta 1783 y vio la alianza de las colonias con Francia, lo que resultó en la derrota británica en la Batalla de Yorktown en 1781.

La guerra culminó con el Tratado de París de 1783, que reconoció la independencia de las Trece Colonias y desarrolló los nuevos límites territoriales de los Estados Unidos. En 1787, se redactó la Constitución de Estados Unidos en Filadelfia, y finalmente se ratificó en 1788. Esto desarrolló un gobierno federal con un sistema de equilibrio de poderes entre el ejecutivo, legislativo y judicial, y en 1789, George Washington se convirtió en el primer presidente de los Estados Unidos.

Este proceso llevó a la creación de los Estados Unidos de América como una nación independiente y soberana, marcando un hito en la historia de la lucha por la libertad y la democracia en el mundo.