Economía - 1º Bachillerato
Economía - 1º Bachillerato
La economía conductual o del comportamiento
¿Qué es la economía conductual o del comportamiento?
La Economía del Comportamiento , un campo interdisciplinario, combina conceptos económicos con perspectivas de la psicología. Este enfoque reconoce que los seres humanos a menudo no toman decisiones de manera puramente racional, desafiando el concepto del "Homo Economicus". Aquí, se exploran algunas de las principales áreas que abordan la economía del comportamiento:
Reemplazando la Racionalidad : En contraposición a la suposición de que las personas son siempre racionales en la economía convencional, la economía del comportamiento reconoce que los seres humanos, siendo "Homo Sapiens", son inherentemente complejos. A menudo, sus decisiones están impulsadas por emociones e impulsos, y no siempre siguen un análisis lógico de costos y beneficios. Algunos estudios han identificado errores comunes, como la sobreconfianza en las propias habilidades y la tendencia a dar demasiada importancia a experiencias personales limitadas.
Preocupación por la Justicia : En ocasiones, las personas toman decisiones aparentemente irracionales debido a su percepción de injusticia. Por ejemplo, en situaciones donde los precios aumentan repentinamente, algunas personas se niegan a comprar, incluso si el costo está justificado, porque consideran que se están aprovechando de la situación. La equidad y la percepción de justicia pueden influir significativamente en las elecciones.
Impaciencia a Corto Plazo : La economía convencional supone que las preferencias de una persona son constantes a lo largo del tiempo. Sin embargo, la economía del comportamiento sostiene que las personas tienden a ser más impacientes a corto plazo que a largo plazo. Esto se manifiesta en la dificultad que enfrentan al resistir tentaciones inmediatas, como un cigarro, una comida no saludable o el uso excesivo de dispositivos móviles, a pesar de sus compromisos a largo plazo.
La inconsistencia en la toma de decisiones a largo y corto plazo puede tener costos económicos, ya que las personas pueden abandonar planes beneficios a largo plazo en busca de satisfacción inmediata. Por ejemplo, una persona que se compromete a asistir regularmente al gimnasio puede comprar una membresía anual, pero finalmente asiste con poca frecuencia, lo que podría haberse vuelto más económico si hubiera optado por un pago por visita.